A la
presidenta constitucional de Puebla capital
A la
comunidad artística en general
A la
población en general
El día 14 de marzo,
aproximadamente a las 3:30 horas, los escritores Federico Vite, Miguel Ángel
Andrade y Álvaro Solís fueron víctimas de una brutal agresión policiaca en
pleno centro histórico de la ciudad de Puebla capital, en México.
Lo que comenzó como una
revisión rutinaria derivó en una serie de atrocidades que pusieron en peligro
la vida de Vite, Andrade y Solís. Los escritores se dirigían a sus respectivos
domicilios cuando fueron interceptados por cuatro policías armados, quienes
descendieron de una patrulla (camioneta Dodge, cuyo número se omite para no
entorpecer las averiguaciones) y de inmediato los amagaron con armas largas.
Golpearon a Vite, Andrade y Solís; los esposaron, los atacaron en el piso y los
aventaron a la batea de la camioneta.
Los insultos, intimidaciones
y vejaciones duraron aproximadamente cuarenta minutos; el comando dedicado a
salvaguardar la seguridad de los habitantes de esta ciudad abandonó a los
escritores en un solitario paraje a las orillas de Puebla.
La golpiza
incluyó amenazas de muerte, burlas y encañonamientos con armas largas, además
de una constante humillación y vejación a los escritores. La ira y violencia de
los policías se desató cuando Federico Vite se identificó como reportero del
periódico Intolerancia. Algunos de los insultos y amenazas que profirieron los
policías durante el trayecto en la camioneta fueron: “¿Crees que por ser de la
prensa no te podemos partir la madre?”, “la prensa se ha encargado de
humillarnos ante la sociedad, a ver si a golpes aprenden a callarse”, “¿te
crees muy cabrón sólo porque eres periodista, ahora vas a aprender a callar?”.
El evidente desprecio y
rencor de los policías refleja la impunidad que desde hace tiempo rige este
país. Recordemos, por ejemplo, que en el estado de Puebla se ordenó la
persecución de Lydia Cacho Ribeiro; además, Puebla, de acuerdo con el Centro de
Periodismo y Ética Pública (CEPET), es el cuarto lugar nacional en agresiones
contra periodistas.
¿Qué confianza hay en los
grupos policiacos, cuando en lugar de salvaguardar la seguridad de los
habitantes son los encargados de asaltar, golpear, humillar y amenazar a los
civiles? ¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Puebla se haya gastado tantos
millones de pesos de publicidad e imagen y en un año de gobierno no haya
invertido el mismo capital en sanear los cuerpos policiacos?
El combate a la delincuencia
no exime, por ningún motivo, el respeto a los derechos humanos. La inseguridad
es otra forma de evitar la libre expresión de ideas. Exigimos el irrestricto
respeto a las garantías individuales de los escritores, hacemos público nuestro
apoyo a los compañeros y manifestamos nuestro repudio en contra de estos
hechos. Exigimos que se castigue a los responsables y se garantice la seguridad
de Álvaro, Federico y Miguel Ángel.
El ultraje que sufrieron
estos jóvenes representa también un agravio directo contra toda la comunidad
literaria de Latinoamérica, por este medio nos solidarizamos con ellos.
Puebla
de Zaragoza, México
14
de marzo de 200